La oración de la tercera jornada del workshop sobre protección que se está realizando en la Casa General, en Roma, nos recordó que el 19 de marzo, es el día de San José. Un hombre de segunda línea, como ha dicho el Papa Francisco en su carta apostólica Patris Corde, con un "protagonismo sin igual en la historia de la salvación, el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad". La invitación que nos hace Fernando Domínguez, es que podamos llevar estas virtudes a nuestra tarea diaria, en los lugares en que estamos trabajando hoy.
El rol del Delegado de Protección
¡Gracias al Hermano Fortune Chakasara por su exposición de hoy! Con fuerza y coraje nos presentó el rol del Delegado de Protección, invitándonos a recordar que nuestra tarea de acompañar a los niños y niñas, respetándolos, ayudándolos a crecer sanos y felices, estimulándolos a ser creativos y protagonistas, a tener espacios seguros, está en el origen del Instituto Marista.
La exposición de hoy nos llama a mirar el mundo con los ojos de la época en la que estamos viviendo, a estar atentos a los nuevos tiempos y desafíos que tenemos entre niños y niñas que se ven diariamente expuestos a los "nuevos peligros" que han llegado con la modernidad. No podemos olvidar el pasado, siempre estará presente, sobre todo como aprendizaje, pero lo más importante es que hoy debemos ser creativos, dinámicos, formados para enfrentar estos nuevos retos y con nuevas maneras.
Durante la mañana dialogamos sobre la necesidad de tener Delegados de Protección en todas las obras maristas, contar con protocolos actualizados que sirvan para actuar a tiempo. La Salvaguarda es un mandato del Evangelio y lo hacemos porque estamos convencidos que está bien hacerlo. El Instituto marista ha evolucionado y en el último tiempo se ha avanzado con los estándares, protocolos, Manual para las Unidades Administrativas, cambio en las Constituciones, todas estas son herramientas con las que contamos hoy para atender a tiempo los casos de abuso y maltrato a niños y niñas, por eso lo Provinciales deben estar atentos y responsabilizarse que cada uno de estos documentos sean conocidos por todos.
"Talitá kum: niña, a ti te lo digo, levántate" (Mc. 5,41)
Este relato evangélico es la imagen de Jesús que mejor inspira este nuevo rol de los adultos en relación a los niños y niñas: ser quienes están atentos a todo lo que les concierne, desde el mismo derecho a estar vivos y vivir en plenitud. El Hermano Fortune además, lo relacionó con la canción Brother Keeper la que nos dice que estamos llamados a ser guardianes de nuestros hermanos y hermanas.
En las mesas, se trabajó en torno a las prioridades de las provincias con respecto a este tema, así nos compartió el Hermano Horacio, de Cruz del Sur, que en su Provincia están trabajando para que funcionen bien los equipos de derechos y los de intervención; en mejorar los canales de comunicación y muy desafiados con la formación de todos los docentes. También desde Brasil Centro Norte les escuchamos que entre sus prioridades está el garantizar políticas y protocolos claros y que todas las personas que trabajan en la obra marista, incluido el Consejo provincial, tenga la formación necesaria, también los estudiantes y las familias. Ellos señalan que hoy las tecnologías nos pueden hacer llegar a un número mayor de personas. Desde la Provincia de L´Hermitage, nos hablaron del trabajo que ellos están priorizando: actualización de la Política de Protección, ampliándola e incorporando el Buen Trato y la participación de los estudiantes en ello, el proceso de Certificación para actualizar si se están cumpliendo los estándares y también la formación de las personas.
El trabajo sobre lo que es un Delegado y lo que debería hacer, fue realizado en las mesas de trabajo, destaca de este espacio la necesidad de formación nuevamente, el ser nexo con el Provincial, monitorear la implementación de la Política y sobre todo crear redes, trabajar con otros, hacer equipos, comprender las jurisdicciones de cada país.
La salvaguarda necesita dinero, formación, recursos de verdad. Lo que es caro es no trabajar en ella.
Hay muchos desafíos aún para poder decir que estamos todos en el mismo avión, lo interesante es que todos tengamos las ganas de subirnos a él, de crecer en estos temas, de intercambiar experiencias.
Terminó la mañana con la reflexión en torno al apoyo que necesita un Delegado de Protección: Formación, acompañamiento, equipo, redes, asesoría legal, apoyos económicos, tiempo para el trabajo.
Estamos comprometidos con un tema que es duro y difícil de abordar, pero debemos responder a las víctimas de abuso, de manera decidida, con compasión, justicia y dignidad.