La esencia de la solidaridad marista
La solidaridad para nosotros, los maristas, va más allá de ofrecer una mano amiga. Se trata de un encuentro genuino con aquellos que enfrentan dificultades, un espacio donde se descalzan las preocupaciones para abrazar la fragilidad del otro. Este acto de amor y compasión no solo reconforta a quienes reciben la ayuda, sino que también transforma a quienes la ofrecen, creando un lazo que trasciende lo material. En el Perú, la familia marista viene impulsando múltiples proyectos que buscan no solo aliviar las necesidades inmediatas, sino también fomentar un cambio duradero. Desde la recolección de tapitas de plástico hasta la construcción de viviendas, cada acción se convierte en una oportunidad para reflejar el rostro de la misericordia de Dios.
Proyectos que cambian vidas
Una de las iniciativas más destacadas es el proyecto "Huk Sonqolla" en Porcón, Cajamarca. Cada año, un grupo de voluntarios maristas (colaboradores y exalumnos) se unen para ofrecer talleres y actividades recreativas a más de 200 niños de la comunidad. "La experiencia de estar tan cerca de la comunidad y de sus necesidades ha sido transformadora", comparte Grimanessa G., una de las voluntarias (docente del colegio Santa Rosa). Este tipo de experiencias no solo enriquecen a los niños, sino que también dejan una huella de esperanza en el corazón de quienes participan.
Otro esfuerzo significativo es el voluntariado "Sembrando Esperanza", que se lleva a cabo en la Casa "San Martín de la Esperanza" en Villa María del Triunfo. Aquí, voluntarios ofrecen su tiempo y habilidades para ayudar a personas en situación de vulnerabilidad. Liliana A., una colaboradora (docente del colegio M. A. Ramírez Barinaga), expresa que la alegría de compartir momentos con los residentes y conocer sus historias de vida ha reafirmado su fe y compromiso con la causa. Estos encuentros, que parecen pequeños gestos, son en realidad grandes pasos hacia la construcción de una comunidad más solidaria y fraterna.
Construyendo hogares y esperanza
Además de las actividades recreativas y de apoyo directo, la comunidad Marista también se ha enfocado en brindar soluciones habitacionales. La iniciativa "Un Techo para la Esperanza" ejemplifica cómo la solidaridad marista se adapta a las necesidades actuales. Voluntarios maristas junto con hermanos de la casa "San Martín de la esperanza" se unen para construir casas prefabricadas en las alturas de Villa María del Triunfo, brindando no solo un hogar físico, sino sembrando dignidad y esperanza en cada familia beneficiada.
La fuerza de la comunidad escolar
Y esta ola de solidaridad también se extiende a través de los colegios maristas, en las localidades donde estamos presentes. Así, el colegio San José de Huacho, por ejemplo, ha implementado el proyecto "Estamos llamados al servicio", donde estudiantes y familias preparan alimentos para el comedor parroquial "San Urbano" de la parroquia "San Bartolomé", promoviendo la reflexión sobre el verdadero significado de la caridad. El preparar alimentos para otros, servirles como lo haría Jesús y san Marcelino, además de compartir la mesa y la conversación con quienes forman parte de la comunidad asistida. Una familia participante reflexiona: "Esta experiencia ha fortalecido nuestro ser cristiano y ser Marista".
Por su parte, en Sullana (Piura), el colegio San José Obrero ha transformado la comunidad de Miraflores del Chira, con el proyecto La Valla del Chira, a través del cual padres de familia, estudiantes y colaboradores del colegio, llevan alimentos, medicinas y otros bienes esenciales a esta comunidad. Esta experiencia, iniciada en el 2019, ha sido tan enriquecedora y ha crecido significativamente hasta incluir, hoy en día, asistencia educativa, psicológica y alimentaria, demostrando cómo la fe y el compromiso pueden cambiar vidas enteras.
Asimismo, el colegio Cristo Rey de Cajamarca se unió al Banco de alimentos local en la campaña "Un huevo, una gran proteína", recaudando más de 800 huevos para comedores comunitarios. Esta acción no solo alimenta personas, sino que nutre el espíritu de servicio en nuestros estudiantes.
De igual manera, en Sullana (Piura), el colegio Santa Rosa lleva adelante el proyecto "Manos maristas al servicio de los adultos mayores", ofreciendo almuerzos, cuidados y compañía a los residentes de la casa hogar San Francisco de Asís. Esta iniciativa intergeneracional construye puentes de empatía y respeto.
Finalmente, el colegio Champagnat en Lima demuestra cómo pequeñas acciones pueden tener un gran impacto. Su campaña de recolección de tapitas de plástico no solo promueve la conciencia ambiental, sino que financia tratamientos contra el cáncer para personas de escasos recursos del Albergue Inspira, en Surco, donde niños y sus madres reciben alojamiento temporal mientras acceden a la atención médica en Lima.
Un llamado a la acción
Estas historias de solidaridad marista no son simples anécdotas; son un llamado a la acción. Demuestran que cada uno de nosotros, sin importar nuestra edad o circunstancias, podemos ser agentes de cambio en nuestra comunidad. La solidaridad Marista nos invita a ver más allá de nuestras propias necesidades y a reconocer la humanidad en cada persona que encontramos.
En un mundo que a menudo parece dividido, estas iniciativas nos recuerdan el poder transformador del amor en acción. Nos muestran que cuando nos unimos con un propósito común, podemos crear ondas de esperanza que se extiendan más allá de nuestro alcance inmediato.
De esta manera, el legado de san Marcelino Champagnat sigue vivo en cada acto de bondad, en cada mano tendida, y en cada sonrisa compartida. Nos desafía a salir de nuestra zona de confort, a encontrarnos con el otro en su vulnerabilidad y a caminar juntos hacia un futuro esperanzador.
¿Y tú, estás listo para ser parte de este movimiento de solidaridad? La invitación está hecha. Ya sea donando tu tiempo, tus habilidades o tus recursos, hay innumerables formas de hacer una diferencia. Cada gesto, por pequeño que parezca, tiene el poder de cambiar una vida.
Si sientes el llamado de la solidaridad y deseas contribuir con alguno de estos proyectos, no dudes en contactar al director(a) de Pastoral de tu colegio. También puedes escribir directamente al correo pastoral.solidaridad@maristas.edu.pe expresando tu interés en integrarte a alguna de estas iniciativas transformadoras.
Recuerda, la solidaridad no es solo algo que hacemos, sino una forma de vivir, que nos invita a ver el mundo a través de los ojos del otro, donde cada pequeño gesto cuenta. Así, juntos como una gran familia marista podemos construir un futuro lleno de esperanza y amor. ¿Te unes a nosotros en esta misión?